La madera del encino blanco maquina bien, se clava y se atornilla bien, aunque se aconseja el pre-taladrado. Se recomiendan clavos galvanizados, ya que esta madera muestra reacción al hierro. Sus propiedades adhesivas varían, pero entintada y pulida ofrece un buen acabado. Seca con lentitud y se debe tener precaución para evitar el agrietamiento. Debido a su alto grado de encogimiento, puede ser susceptible a fluctuación en el rendimiento.

Una madera dura y pesada, con resistencia media a la flexión y al impacto. Es baja en rigidez, sin embargo muy buena para el curvado por vapor. El encino blanco del Sur crece más rápido con anillos incrementales anchos, y la madera tiende a ser más dura y más pesada.

El duramen del encino blanco es resistente a la descomposición y extremadamente resistente al tratamiento con conservadores. El albura es moderadamente resistente al tratamiento.

Ampliamente disponible como madera aserrada y como chapa, en una gama completa de calidades y especificaciones. Es la madera dura de exportación más importante.

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